Sustentabiliad
en la Ganadería
¿Ganadería regenerativa o ganadería sustentable?
Urdaneta, F. (2023). Regenerative livestock or sustainable livestock? (English). Journal of the Faculty of Agronomy, University of Zulia / Revista de La Facultad de Agronomía, Universidad Del Zulia, 40, 1–7. https://doi.org/10.47280/RevFacAgron(LUZ).v40.supl.01
La sustentabilidad ha sido reconocida como un principio fundamental del desarrollo para que la humanidad pueda sobrevivir en este planeta; sin embargo, aún persisten dificultades para traducir sus principios filosóficos en la capacidad de tomar decisiones concretas para su consolidación. Se han identificado tres factores que determinan el crecimiento en el planeta tierra relacionados directamente con los sistemas agrícolas: producción agrícola, manejo de los recursos naturales y contaminación; de manera que, una agricultura sustentable debe considerarlos tanto para el manejo de poblaciones vegetales como animales, ya que en ambos, se modifica el ambiente para adecuarlo a sus requerimientos, es por ello, que surge la necesidad de prácticas regenerativas que recuperan la capacidad de los ecosistemas de restaurarse. En ese sentido, se pretende en esta revisión, dilucidar cómo los conceptos y principios expuestos se traducen en una ganadería regenerativa o en una sustentable. Para alcanzar la sustentabilidad es fundamental una gerencia integral de los procesos con visión holística del sistema por parte de ganaderos y técnicos, unos talentos humanos líderes, dispuestos a aprender diferentes y nuevas tecnologías, con personal entrenado y motivado en técnicas sustentables que incorporen prácticas agroecológicas y regenerativas, todo sobre la base de una planeación financiera. La ganadería regenerativa per se, como paradigma emergente, es muy prometedora pero aún requiere investigación local. Se concluye que no existe un modelo único de ganadería sustentable, no hay recetas, ni paquetes tecnológicos, se rige por los principios que apuntan al equilibrio de sus dimensiones (social, económica, ambiental y gobernanza político institucional).
Sostenibilidad de los sistemas de producción ganadera.
Sostenibilidad de los sistemas de producción ganadera. El concepto de sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola atiende a principios sistémicos y de complejidad, debido a la gran cantidad de variables e interacciones que en ellos se dan con la direccionalidad para la producción de alimentos (Chiappe, 2001). Asimismo, también debe considerar el compromiso y la equidad intergeneracional en el uso de los recursos naturales, con tecnologías y prácticas de manejo que no superen la capacidad de carga del ecosistema, entendida como el número máximo de individuos de una población que un hábitat puede sustentar según a sus recursos, sin efectos adversos sobre esa población o el medio ambiente (WCDE, 1987). La agricultura sostenible prioriza la dimensión ecológica al insistir en la buena gestión y conservación de los recursos naturales, por lo que los cambios tecnológicos e institucionales deben asegurar la satisfacción de las necesidades humanas de forma continua para las generaciones presentes y futuras (FAO, 2015). El desarrollo sostenible (DS) debe permitir la conservación del suelo, el agua y los recursos genéticos animales y vegetales sin degradar el medio ambiente, siendo técnicamente apropiado, económicamente viable y socialmente aceptable. Así, se evidencian tres dimensiones de la DS (social, ambiental y económica) y adicionalmente, Menéndez (2005), indica que la sostenibilidad también debe ser tratada desde la ética y la gobernanza sostenible, coincidiendo con Sepúlveda et al. (2001), quienes desarrollan una dimensión referida a las políticas e instituciones necesarias para llevar a cabo procesos de desarrollo sostenible. En este sentido, la sostenibilidad de los sistemas de producción ganadera implica que el aumento de la productividad animal debe darse en el contexto de un menor impacto sobre los recursos naturales, de modo que no se supere la capacidad de carga del medio ambiente. La aplicación de buenas prácticas agrícolas y de bienestar animal con razas y especies adaptadas, y el uso de recursos locales para un mayor ahorro, traducen en la práctica los principios de adaptabilidad y resiliencia necesarios para promover el equilibrio entre sus dimensiones. Para afrontar este reto es imprescindible que se produzca un cambio en la mentalidad de los agricultores, ya que hay que entender la naturaleza como un sistema vivo, donde el ser humano evoluciona junto con el resto de las especies, por lo que el impacto sobre la naturaleza tiene que ser mínimo. los residuos producidos por el proceso productivo deben ser no contaminantes y en lo posible, reciclables, promoviendo la economía circular. La tecnología utilizada para el manejo de pastos y animales debe favorecer el uso de insumos biológicos y prácticas preventivas, así como la conservación del suelo; la energía utilizada debe ser limpia, eficiente y disponible (solar, eólica, biodigestor). Prácticas conocidas como la conservación de forrajes (heno, ensilaje y ensilaje) y el aprovechamiento de recursos locales (residuos de cultivos, subproductos industriales, entre otros) respaldan esta visión sustentable. Hay dos indicadores fundamentales que se deben cuidar para promover la sostenibilidad de los agroecosistemas, uno es la reducción de la huella hídrica, entendida como un indicador del uso del agua en función del consumo, es decir, se refiere al total Volumen de agua dulce utilizado directa o indirectamente en la provisión de un producto o servicio (Chenoweth et al., 2014). Por eso los sistemas de riego deben ser eficientes; Se debe evitar el riego por inundación, sin nivelación y con grandes volúmenes de agua, que resultan muy ineficientes en el uso del agua (menos del 50%). Asimismo, se deben cuidar los acuíferos y respetar el caudal mínimo de los ríos. También se recomienda el uso de tecnologías de recolección de agua de lluvia en embalses (captura y almacenamiento) en la estación seca (FAO, 2013). El otro indicador importante para la sostenibilidad es el que mide el secuestro de carbono, fenómeno que ocurre cuando el carbono se fija de la atmósfera y su almacenamiento es mayor que su liberación durante un tiempo determinado, esto se conoce como carbono endógeno (Krna & Rapson, 2013). El ciclo del carbono ocurre cuando las plantas durante el día absorben dióxido de carbono atmosférico a través de la fotosíntesis liberando oxígeno, lo que resulta en el crecimiento de las plantas y el aumento de la biomasa de microbios en el suelo; luego en el proceso de respiración autótrofa liberan parte del carbono y el material arrojado por las plantas se descompone como materia orgánica, pudiendo permanecer estable en el suelo (Jaramillo, 2004). En consideración a esto, se recomiendan prácticas agroforestales ganaderas, que mejoren sustancialmente los servicios ambientales de las fincas (Murgueitio et al., 2013), promoviendo el uso de leguminosas arbustivas ya sea como cercas vivas o bancos de proteínas, o simplemente manejando de manera útil y manera eficiente la sombra de los árboles en los potreros. También se promueve con la aplicación de fertilizantes orgánicos la regeneración del ciclo del carbono y otros nutrientes necesarios para la restauración de las funciones ecosistémicas, ya que la materia orgánica es un indicador clave de su calidad, tanto porque estimula positivamente sus funciones agrícolas (producción y economía) como así como sus funciones ambientales (secuestro de carbono y calidad del aire), ya que es el principal determinante de la actividad biológica, al favorecer la proliferación de la fauna y los microorganismos del suelo e influir mucho en su comportamiento químico (fertilidad, disponibilidad de nutrientes) y físico (textura, estructura) propiedades. De esta manera se promueven procesos regenerativos, que consisten en la recuperación de los procesos vitales del ecosistema a través de sus ciclos naturales: ciclo del agua, ciclo de nutrientes, flujo de energía y dinámica comunitaria, entre otros (Borrelli, 2016), lo que permite incrementar y mantener la cobertura del suelo, estabilizar su superficie evitando la erosión, aumentar la biodiversidad, aumentar el carbono en el suelo y en consecuencia mejorar la producción de forraje y la productividad animal (Gosnell et al., 2020a); pero ¿qué hace que esta ganadería sea tan particular?
Introducción La sostenibilidad ha sido reconocida como un principio de desarrollo necesario para la supervivencia de la humanidad en este mundo ecológicamente desafiado que ha causado graves consecuencias climáticas. Ya está en boca de todos aquellos que proclaman el cuidado del medio ambiente y, en particular, la sostenibilidad ambiental, pero esta popularización del término no ha asegurado que en nuestras mentes se formen los elementos conceptuales interactuantes necesarios para una acción práctica acorde con los consolidación de sus beneficios. El término sustentable debe su amplia aceptación en parte a su ambigüedad, ya que todos están de acuerdo en alcanzarlo pero pocos saben qué es (Sarandón, 2002), la definición del informe Brundtland (WCDE, 1987), universalmente aceptada, aún no ha sido aceptada. lograron acordar los criterios e indicadores para medirla en la complejidad de los sistemas agrícolas. Un sistema agrícola se define como un conjunto de sistemas agrícolas individuales que tienen una base de recursos, patrones comerciales, sistemas de subsistencia y limitaciones similares, y para los cuales estrategias de desarrollo similares serían apropiadas (FAO y BM, 2002). La explotación agrícola (o sistema de explotación) es la unidad económica de análisis en las estadísticas agrarias, ya sea de producción agrícola, animal o forestal, sujeta a una gestión única, que comprende todo el ganado contenido en ella y todas las tierras dedicadas total o parcialmente a la agricultura. producción (Pedrero, 1998). La producción ganadera es un nivel trófico secundario que requiere de producción vegetal primaria para la alimentación, por lo que, la definición de producción ganadera sustentable pasa por el concepto de agricultura sustentable, ya que en ambos casos se domestican poblaciones vegetales y animales y se modifica el ambiente para adaptarse. a sus requerimientos para satisfacer las necesidades humanas (Sarandon, 2020). Si bien actualmente no se discute la necesidad de realizar esfuerzos en pos de una agricultura sustentable, el concepto puede quedar en una etapa declarativa con poca operatividad, debido a la dificultad de traducir los términos filosóficos e ideológicos de sustentabilidad en la capacidad de tomar decisiones en al respecto (Bejarano, 1997). Surge así la ganadería basada en principios regenerativos, que reduce los niveles de contaminación desechando el uso de productos de síntesis química, fertilizando de forma orgánica y natural, potenciando la fotosíntesis en las plantas y favoreciendo la relación suelo-planta-animal-humano (Gosnell et al. ., 2020a), estos efectos requieren de un manejo particular de los pastizales y su componente vegetal diverso para tener un impacto importante en la conservación y recuperación de los suelos. Sin embargo, para adoptar principios y prácticas regenerativas que apunten a la sostenibilidad, es necesario revisar su impacto ecológico y también analizar sus implicaciones en la dimensión económica y productiva, de modo que se puedan exponer los elementos clave para entenderlo en la práctica. En este sentido, se revisarán los indicadores reportados para este tipo de ganadería y se realizará una revisión de definiciones con el objetivo de aclarar cómo los conceptos y principios expuestos pueden traducirse en una producción ganadera regenerativa o sostenible.
Ganadería regenerativa: definición, principios y prácticas agrícolas. La ganadería regenerativa se puede definir como un sistema de producción agrícola con herbívoros en pastoreo, que a través de prácticas de manejo natural y ecológico promueve los ciclos vitales del ecosistema. Según Díaz-Pulido et al., (2020); como resultado, se espera una mayor productividad, costos reducidos y un mayor retorno de la inversión. Es a partir de comprender y optimizar el vínculo entre el animal, el suelo y los pastos, que es posible entrar en un círculo virtuoso de regeneración, productividad y rentabilidad (Ovis21, 2021). Un principio fundamental de la ganadería regenerativa es la valorización de los recursos genéticos autóctonos, adaptados a las condiciones ambientales, tanto animales como vegetales, lo que requiere una gestión holística, un principio impulsado por Allan Savory, biólogo, guardabosques, político y agricultor de Zimbabue, que se basa en orientar valores, planificación territorial, pastoreo y finanzas para la toma de decisiones. Surgió de la necesidad de restaurar la sabana del sur de África, degradada por una gestión inadecuada del pastoreo (Gosnell et al., 2020b). Savory & Butterfield (1999), consideran el sistema completo, sus elementos y relaciones, asumiendo la complejidad de los agroecosistemas como sistemas biosocioeconómicos. La visión holística permite tomar decisiones a la vez sólidas en los aspectos económicos, sociales y ambientales, considerando la integración de los procesos naturales en estrecha relación con el hombre (Relación suelo-planta-ganado-hombre). En el caso del componente animal, promueve el mestizaje de razas rústicas y el desarrollo de aquellos caracteres que determinan una mayor resiliencia ecológica. Asimismo, también promueve la cultura de la prevención más que del control, lo que se ha denominado "medicina verde" y medicina alternativa: elaboración de antipiréticos, antidiarreicos y antimastíticos, entre otros, así como el uso de biopesticidas en el control de parásitos y enfermedades naturales. antibióticos, reduciendo los costos veterinarios. Se seleccionan animales por su resistencia a parásitos externos (sin Ivermectinas), se utilizan bioestimuladores como suplementación estratégica, se establecen períodos de apareamiento y sincronización para partos en la mejor época de parto. Los animales también son seleccionados por su eficiencia funcional, hembras más fértiles y toros precoces pero no por características de catálogo, aunque tienen un buen equilibrio hormonal. En definitiva, selección de ganado vacuno adaptado genéticamente al medio y al sistema de pastoreo con la aplicación de un programa de vacunación y una mínima suplementación alimentaria. En el componente vegetal se supone el aprovechamiento de especies adaptadas y el aprovechamiento del pastizal local diverso (pastizales polifitos), es decir, la valoración de lo existente, con un manejo racional de las variedades de gramíneas y leguminosas que conviven en una misma superficie. de terreno, que pueden ser biofertilizados (Azotobacter, Rizobium y micorrizas), sanados mediante biopesticidas (Trichoderma y Trichogramma), control biológico y manejo integrado de plagas. El secuestro de carbono se logra mediante dos estrategias, la primera es con el uso de especies arbóreas; el segundo es el pastoreo de pastizales diversos con altas cargas ganaderas en períodos de uso muy cortos y largos períodos de descanso en los pequeños y numerosos potreros necesarios para lograrlo. La aplicación de principios regenerativos permitiría mejorar la cobertura del suelo aumentando la biodiversidad, y al capturar carbono atmosférico, mejorar la concentración de materia orgánica con una mejor infiltración y retención de agua y nutrientes, con el consiguiente aumento de la respuesta de los pastos y su productividad (Conant, 2010; Gosnell et al., 2020a) Los pastizales son el principal sumidero de carbono del mundo, ya que extraen carbono del aire y lo almacenan en el suelo. Se está empezando a reconocer la importancia del papel de los pastizales, lo que socava los argumentos que culpan al ganado de los males del cambio climático. Según Borrelli (2016), la ganadería regenerativa convierte los pastos en verdaderos "bombas de carbono", afirma que, si Argentina pudiera regenerar el 40% de sus pastos, podría eliminar todas sus emisiones agrícolas netas del aire (0,16 GT). De esta manera, el manejo ganadero (GR) regenerativo se presenta como un paradigma emergente frente al cambio climático, implica un manejo holístico del pastoreo, más allá de lo productivo (Savory & Butterfield, 1999) porque los animales se manejan imitando a la naturaleza. Son cambios que apuntan a la sostenibilidad ambiental, económica y social (Borrelli, 2016) y a la resiliencia biológica de los ecosistemas, ya que recuperan su capacidad de restaurar especies a su estado original después de haber sufrido perturbaciones por la actividad humana (Doak et al. , 1998). Cuevas-Reyes (2010) afirma que un atributo importante de los ecosistemas es la resiliencia como amortiguador frente a perturbaciones naturales y como factor en la regeneración de la diversidad biológica; en este sentido, la RM permite restaurar la función ecosistémica y mejorar el capital biológico resiliente al conservar la flora y fauna nativa, formar microclimas para la dinámica evolutiva de la pradera y restaurar el suelo mediante sucesión natural. Así, el manejo del componente vegetal es crucial en RM, para implementar sistemas de pastoreo racionales, rotacionales, intensivos y no selectivos, donde lo primero es entender el concepto de pradera polifítica ya que se acostumbra a manejar uno o más pocas especies de pasto en el mismo pasto. Los pastizales polifitos son aquellos que están formados por varias especies forrajeras, incluso de diferentes familias (gramíneas, leguminosas, asteráceas, brasicáceas, entre muchas otras). Esta definición, junto con la valoración de los recursos vegetales autóctonos, implica que el manejo de los pastos diversos para alimentación animal debe considerar las especies existentes, incluida la flora arvense, ya que se estima que menos del 20% de las especies consideradas como arvenses son tóxicas o tienen espinas (Viteri, 2020), en consecuencia, su control sería localizado, con métodos no químicos (biológicos o manuales). La idea es aprovechar la adaptabilidad de las especies nativas a los microclimas existentes o a las diferencias de suelo con el objetivo de que puedan expresar su máximo potencial y ofrecer cantidad y calidad de forraje, con una dieta variada para los animales; esto significa para el productor un nuevo manejo basado en técnicas diferentes a las tradicionales, pero también significa una alternativa de menor costo y con principios de sustentabilidad en el mediano y largo plazo. Al planificar el pastoreo y calcular el número de cuartones, se debe considerar como días de descanso la duración de la estación seca (período sin precipitaciones) y no el período natural de recuperación en condiciones de humedad adecuada (condiciones óptimas), este pastoreo implica el consumo de el animal de “gramíneas pasadas”, es decir ya en floración, con mayor contenido de lignina y menor contenido de proteínas, pero debido a la diversidad de especies consumidas, se considera que mejora la digestión del animal al crear un ambiente óptimo para el rumen (Cárdenas, 2013), ya que el pastoreo no es selectivo (alta carga animal en períodos cortos) y porque la carga animal es un factor de gran influencia en la selección de la dieta en un pasto diverso (Chávez et al., 2000). Esta planificación implica que un lote de pastoreo requiere de muchos potreros para poder realizar una rotación adecuada (al menos 61, si el período seco dura dos meses), lo que implica una gran inversión en cercas, acueductos y bebederos, por lo que se recomienda el uso de se recomienda vallados y bebederos antes de realizar la inversión fija; asimismo, el uso de árboles para crear microclimas agradables para el animal. Como resultado de estos principios, se han asumido una serie de modelos de pastoreo asociados a la ganadería regenerativa, entre ellos, el pastoreo racional de André Voisin (VRG), bioquímico, soldado y agricultor francés, quien formuló las cuatro leyes universales del pastoreo ( Pinhero, 2013), cuyo propósito es maximizar la captación de energía solar como su principal insumo. El complejo suelo-planta-animal se gestiona armonizando la respuesta fisiológica de la planta con las necesidades de los animales. Consiste en pastoreo directo y rotacional, con altas cargas ganaderas, período de ocupación corto, sin tiempos fijos y basado en la biología del suelo, incorporando manejo agroecológico (Monteverde, 2018). Otro pastoreo asociado a la ganadería regenerativa es el Ultra High DensityGrazing (UHDG) propuesto por Johan Zietsman, un ganadero de Zimbabwe, cuyo principio es colocar el mayor número posible de animales en la menor superficie posible y en el menor tiempo posible. Gestionan el máximo beneficio económico sostenible por hectárea (MBESH); para lograrlo, descartan vacas que no responden positivamente al pastoreo no selectivo, aunque puedan ser muy buenas en sistemas de pastoreo selectivo, para reducir costos y aumentar la eficiencia en un área relativamente pequeña (Ziestman, 2014). También es conocido el pastoreo rotacional intensivo (GRI) del productor, investigador y académico chileno Arno Kloker (Sabino & Vanoni, 2007). Este sistema es similar al VRG porque se basa en muchas divisiones de potreros, pero no acepta al pie de la letra las cuatro leyes universales del pastoreo. En IRG, el animal cosecha diariamente pasto sano, limpio y fresco. También se les brinda comodidad y buen trato para que puedan expresar su óptima capacidad de producción. El manejo holístico (HM) de Allan Savory se gestiona imitando el movimiento de grandes manadas de ungulados salvajes en la sabana africana, generando un aprovechamiento exhaustivo del ecosistema, un fuerte impacto sobre la hierba y el suelo, seguido de periodos de recuperación suficientes. (GODEHESA, 2021) Esta gestión se adapta continuamente a través de una planificación y seguimiento permanente. A pesar del desacuerdo generalizado sobre los beneficios ambientales y de producción del HM, los investigadores de ambos lados del debate parecen estar de acuerdo en que su énfasis en el establecimiento de objetivos, la complejidad, la adaptabilidad y la toma de decisiones estratégicas son valiosos. Estas ideas son compartidas por el pensamiento sistémico, que durante mucho tiempo ha sido central para la agroecología y reconocido como una herramienta valiosa para abordar las diferentes dimensiones de los sistemas agrícolas (Mann & Sherren, 2018). Estos métodos de pastoreo han generado controversia entre agricultores, técnicos e investigadores, entre algunas razones, porque fueron desarrollados en grandes áreas como las estepas sudafricanas (Savory & Butterfield, 1999; Ziestman, 2014). También surgen dudas con el VRG, ya que tiene su origen en el manejo de pastos europeos cortos (con yemas a nivel del suelo), cuando las gramíneas típicas de América Latina (yemas a 10-15 cm del suelo) no responden por igual a estos pastoreos. presiones; además, por la alta inversión inicial requerida. Las dudas surgen fundamentalmente en la comunidad de técnicos agrícolas, quienes fueron capacitados con el enfoque orientado al control de la carga ganadera y no en el manejo de pastos con largos períodos de descanso con la consecuente disminución de su calidad nutricional, situación que no es bien manejada. puede tener tanto resultados económicos perjudiciales para las explotaciones que aconsejan como efectos sobre la compactación del suelo debido a las elevadas cargas ganaderas instantáneas. Algunos hallazgos han demostrado que el UHDG tiene un impacto potencialmente negativo en la salud del suelo y la composición de la vegetación de los pastizales mésicos sudafricanos y particularmente en la compactación debido al pisoteo de la capa superior del suelo debajo del dosel de los arbustos y también en parches con vegetación (Chamane et al., 2017). . Un balance de artículos que muestran cómo se maneja Holistic Planned Grazing?™, concluye que no se puede descartar el uso del pastoreo holístico planificado, pero no se puede decir que funcionará en cualquier lugar. Los casos de estudio analizados muestran los efectos positivos del pastoreo holístico en términos de pastos, productividad ganadera y condiciones del suelo, superiores al pastoreo convencional o continuo, pero son bastante limitados en tiempo, número de sitios de estudio y datos. Aunque una mejor gestión del pastoreo puede mejorar las condiciones en muchas tierras degradadas, la evidencia revisada indica que el pastoreo holístico podría ser un ejemplo de buena gestión del pastoreo, pero nada sugiere que sea mejor que otros métodos de pastoreo bien gestionados (Hawkins et al., 2017). . La dificultad para su evaluación radica en la falta de acuerdo sobre los indicadores que representan el HM, ya que es un concepto fluido y heterogéneo, difícil de definir y evaluar (Mann & Sherren, 2018). Por otro lado, estos autores indican que algunos logros parecen exagerados, tal es el caso del indicador de secuestro de carbono utilizado por el Savory Institute para afirmar que el pastoreo holístico puede revertir el cambio climático, que es siete veces mayor que la tasa de 0,35 t. ha-1, conocido por pastos bajo pastoreo convencional (Nordborg, 2016) Gosnell et al. (2020b) concluyen que la forma de resolver esta controversia es investigar, en colaboración con los agricultores, los sistemas socioecológicos de los pastizales de una manera más holística, esto puede coproducir nuevos conocimientos y contribuir a la transformación social y la transformación ecológica. La transferencia efectiva de esta tecnología, altamente positiva desde el punto de vista ambiental, requiere que los indicadores de la dimensión económica y productiva también lo sean; un análisis de evaluaciones integrales promovería su adecuada aceptación. Indicadores productivos y económicos reportados para la ganadería regenerativa La primera preocupación para el productor es la inversión inicial, la cual puede variar de 300 a 600 $.ha', considerando los principios del VRG, es decir, depende principalmente del tipo de sistema de pastoreo, del número de potreros y de la longitud del cercas requeridas, que pueden llegar a 1000$.ha' con UHDG, este valor incluye la provisión de paneles solares con cercas eléctricas, varillas y carretes (Viteri, 2021). Un registro de caso evolutivo (2019 - 2021), registrado en la finca Loma Blanca en Uruguay, (Longo, 2021) reporta una inversión de sólo $100.ha', que incluye tanque, bebedero, postes, soportes o estacas y equipos de electrificación. , ya que utilizaron materiales existentes que fueron reubicados, con este cambio manejaron un total de 145.5 UG por año (una UG o unidad ganadera, equivale a una cabeza de ganado en referencia), con una carga ganadera instantánea de 291 UG por 5000 m?, logrando aumentar 2,6 veces la densidad animal (de 0,56 a 1,51 UG.ha) así como la producción de carne de 161 a 245 kg.ha' en el tercer año. Una evaluación realizada en diferentes zonas agroecológicas de la pampa argentina (la meseta central del Chubut, el pastizal subandino y la estepa húmeda magallánica) y tres enfoques tecnológicos modelados (Manejo Tradicional, Modelo Básico y Manejo Holístico), reporta que el manejo holístico resultó ser el más productivo en todas las zonas, y en la zona con mejores condiciones de humedad duplicó la productividad del manejo tradicional. Además, favoreció el aumento de la cobertura del suelo, el desarrollo de leguminosas nativas y la reducción del uso del fuego, lo que permitió mantener verdes los pastizales (Argyropoulos, 2014). Otra comparación del manejo tradicional con el manejo holístico, realizada en Corrientes Argentina, reporta un aumento en el margen bruto por hectárea (de 477 a 1049 pesos.ha) con un aumento en la carga ganadera de 0,58 a 0,92 cabezas.ha'. La mayor producción de forraje fue resultado de la regeneración de carbono en el suelo. (Borrelli, 2016) Uno de los grandes beneficios reportados por los ganaderos regenerativos es el aumento de la carga ganadera, con la reducción de costes y el consiguiente aumento de la rentabilidad. La carga animal es el indicador de los sistemas ganaderos basados en el pastoreo que aumenta exponencialmente la rentabilidad de las explotaciones a través de un aumento en el margen bruto por animal (Urdaneta, 2001). Por lo tanto, si el manejo regenerativo ha reportado beneficios ecológicos y también puede significar mejores resultados productivos y económicos, es imperativo fortalecer la dimensión gerencial, para que en cada circunstancia, el productor pueda tener los conocimientos, habilidades y valores necesarios para planificar de manera integral su producción. unidad, incluyendo la proyección financiera de la producción y así poder tomar decisiones que promuevan la sostenibilidad integral del sistema con base en principios regenerativos. Entonces, ¿es ganadería regenerativa o ganadería sostenible? Existen modelos de producción ganadera que coinciden en algunos aspectos con el paradigma de producción ganadera regenerativa, pero que no manejan altas cargas ganaderas ni intensidades de pastoreo, en estos sistemas prevalece el uso de pastos introducidos, aunque también manejan potreros pequeños y uniformes en de forma rotativa, con periodos de descanso de los pastos que les permitan recuperarse adecuadamente, de manera que el terreno esté siempre cubierto. Manejan la carga ganadera dependiendo de las estaciones (seca o lluviosa), mantienen el agua en los potreros y conservan los pastos excedentes, entre muchas prácticas importantes para la sostenibilidad. Estos modelos de pastoreo rotacional tienen la gran ventaja de que han sido probados y evaluados, sus resultados han sido publicados científicamente y han demostrado ser útiles en múltiples circunstancias; En la ganadería regenerativa aún es necesario formalizar una gran cantidad de conocimientos. Aún falta conocimiento formalizado ya que la mayor parte de la información se encuentra en las redes sociales. Sin embargo, en estos sistemas rotacionales tradicionales se debe fomentar el uso de fertilización orgánica, control biológico de plagas y enfermedades y control local y selectivo de malezas verdaderas (reduciendo el uso de químicos); así como reducir la huella hídrica, evitar el riego por inundaciones e incorporar otras prácticas regenerativas para capturar carbono. Es decir, se puede hacer una ganadería sostenible adaptando los modelos a nuestras condiciones e incorporando principios regenerativos; por tanto, la ganadería regenerativa no es un modelo único de ganadería sostenible. La ganadería sustentable no promueve recetas ni paquetes tecnológicos, se rige por principios que apuntan al equilibrio entre sus dimensiones, tampoco desdeña el conocimiento, al contrario, lo integra y lo aplica según las circunstancias. Cada agricultor en su unidad de producción debe evaluar la calidad y cantidad de los activos biológicos existentes (prados, bosques, pastos, animales) ya que no existe una variedad mágica o híbrida de pasto o raza para la ganadería regenerativa o para la sostenibilidad. El agricultor debe valorar lo disponible, lo autóctono, lo adaptado (adaptación es ahorro) e incorporar tecnologías agroecológicas y regenerativas para la producción, armonizando los requerimientos animales con el ecosistema y considerando la infraestructura y equipamiento disponible para llevar a cabo el modelo agrícola que se ajuste. Sus posibilidades y expectativas, siempre en el marco de las buenas prácticas medioambientales, es un modelo dinámico. En todos los casos, deberá realizar una planificación financiera del modelo decidido y formar el talento humano necesario para llevar a cabo la inaplazable tarea de la sostenibilidad
Conclusiones Para alcanzar la sostenibilidad es imprescindible el cambio hacia una visión holística del sistema por parte de productores y técnicos, con una gestión integral de los procesos. El talento humano líder debe estar abierto al aprendizaje de nuevas tecnologías agroecológicas en el manejo de fincas ganaderas, asimismo, el personal debe estar capacitado y motivado en estas técnicas sustentables incorporando prácticas regenerativas, basadas en una planificación financiera. La posibilidad de al menos duplicar la carga ganadera y el consecuente margen bruto por unidad de área, debido al manejo regenerativo, es un desafío y una oportunidad que no debe subestimarse, dada la consecuente respuesta económica y los servicios ecosistémicos que se han reportado. Sin embargo, aún se requiere investigación en aspectos del manejo regenerativo local, que incluye la evaluación de la respuesta de los animales en pastizales polifitos a diferentes cargas ganaderas y tiempos de ocupación. También es necesario evaluar el pastoreo intensivo de alta densidad en nuestras condiciones y evaluar el efecto de la carga ganadera y la alta concentración de estiércol en el suelo. La ganadería regenerativa no es un modelo único de ganadería sostenible; cada productor debe considerar la evidencia disponible, que le permita decidir el enfoque de manejo y el biotipo ganadero más adecuado a sus objetivos de producción, siempre en el marco de las dimensiones de la sostenibilidad, donde los principios regenerativos juegan un papel importante. Es fundamental promover el papel de las universidades y los centros tecnológicos y de investigación para fortalecer la dimensión política e institucional, promoviendo la construcción de conocimiento para la producción sostenible, en conjunto con los agricultores, y comunicando los beneficios de esta gestión a través de la extensión y la transferencia de tecnología. También es necesario formalizar las experiencias ganaderas regenerativas que quedan en las redes sociales, que aún son importantes y requieren de apoyo para sistematizar el conocimiento. En el proceso constructivista de formación de conocimientos se descartan, incorporan e integran ideas para desarrollar conceptos más evolucionados por su relevancia ante las condiciones imperantes del momento, como el cambio climático y la imperiosa necesidad de cuidar el medio ambiente; ningún conocimiento se desprecia. Además, la concepción holística no desdeña ningún paradigma, al contrario, los integra en un sintagma gnoseológico cada vez más complejo y propio para explicar los fenómenos multivariables y diversos propios de los sistemas agrícolas.
Granjeros de gestión regenerativa de pastizales en España: entusiastas entre una gran diversidad de condiciones agrícolas
AGROECOLOGY AND SUSTAINABLE FOOD SYSTEMS 2023, VOL. 47, NO. 6, 810–833 https://doi.org/10.1080/21683565.2023.2195359© 2023 Taylor & Francis
Rubén Serrano-Zuluetaa, Agustín Del Pradoa,b, and Pablo Manzanoa,b,c,daBasque Centre for Climate Change (BC3), Leioa, Spain; bIkerbasque — Basque Foundation for Science, Bilbao, Spain; cGlobal Change and Conservation Lab, Organismal and Evolutionary Biology Research Programme, Faculty of Biological and Environmental Sciences, University of Helsinki, Helsinki Finland; dHelsinki Institute of Sustainability Science (HELSUS), Faculty of Biological and Environmental Sciences, University of Helsinki, Helsinki, Finland
Resumen
El Manejo Regenerativo de Pastizales (MRR) está surgiendo como uno de los enfoques más prometedores para lograr la sostenibilidad de la producción animal a nivel económico, social y ambiental. El obstáculo actual en la MRR es una tasa de adopción lenta, ya que las opiniones de los agricultores aún no se han estudiado ni considerado suficientemente. Realizamos encuestas individuales con 33 agricultores españoles de RRM que recogieron múltiples variables sobre características generales de las explotaciones, parámetros productivos, gestión de los pastizales y opiniones sobre las percepciones. Realizamos pruebas asociativas para detectar los impulsores más importantes de la rentabilidad económica y la satisfacción personal. Entre una amplia diversidad de fincas, no encontramos características o tipos de manejo asociados con una mayor rentabilidad, sino más bien un vínculo con el nivel de intensificación y el grado de experiencia. Alrededor del 93% de los agricultores estaban mayoritariamente satisfechos con la GRR, aunque enfrentan dificultades, destacando las burocráticas. Para superar esos obstáculos, alentamos a mejorar el diálogo entre agricultores, investigadores e instituciones. Este es el primer estudio a nivel estatal sobre GRR en España, y uno de los primeros análisis que recoge las percepciones de los agricultores sobre este tema.
Materiales y métodos Descripción de la encuesta La encuesta constó de 5 apartados: (i) "Caracterización de la finca": recogiendo características externas al manejo animal: datos de identificación, comercialización del producto, área de la finca, consumo de insumos y datos económicos, (ii) "Producción:" preguntando sobre la identificación de los animales: parámetros productivos y reproductivos, (ili) "Alimentación suplementaria": que caracteriza todos los piensos no pastoreados directamente: por un lado, los cultivos y forrajes de la explotación, y por otro, los adquiridos, (iv) "Animal manejo:" verificación de parámetros relacionados con el pastoreo dirigido: movimiento de animales, diseño de parcelas, tiempo de pastoreo y tiempo de recuperación del pasto y (v) "Manejo de pastos": solicitando técnicas no relacionadas con el manejo animal, como riego, resiembra de pasto y cualquier otra especificada por los agricultores. Además, formulamos tres preguntas abiertas para el análisis de las percepciones personales sobre la MRR. Una versión preliminar fue revisada por investigadores de BC3 y por personal de la Asociación Ibérica de Agricultura Regenerativa y probada con un primer agricultor que sugirió adaptaciones de la encuesta, según su realidad diaria. El formato de las respuestas dependía del formato de las preguntas: las preguntas cuantificables requerían valores continuos (datos económicos o productivos) o valores discretos (número de animales o año de inicio del RRM), mientras que también se formulaban preguntas cualitativas para temas que no se pudieron medir (comercialización, razas o percepciones). La plantilla de encuesta detallada se incluye en el Material complementario 1.
Con muchas variables que influyen, la complejidad de los sistemas de pastoreo confunde aún más la elección del manejo más adecuado (Sharifian et al. 2023). La MRR exige conocimientos ecológicos en todos los niveles, lo que exige esfuerzo, conocimientos y voluntad, que no siempre están disponibles (Gosnell, Charnley y Stanley 2020; Teague et al. 2013). Por lo tanto, la expansión del MRR no es fácil de lograr y la tasa de adopción aún es lenta en España (Figura 1). Además, la diversidad en la gestión requerida por la adaptabilidad necesaria puede complicar la identificación de la propia GRR (Mann y Sherren 2018). Por lo tanto, se ha afirmado que se deben considerar y comparar amplias variables de manejo, como el tipo de ganado, los períodos de pastoreo y descanso, o el tiempo posterior al inicio de este tipo de manejo (di Virgilio, Lambertucci y Morales 2019). Los temas ambientales predominan en la investigación de GRR, por ejemplo, los flujos de carbono, y los estudios socioeconómicos son escasos (di Virgilio, Lambertucci y Morales 2019). Sin embargo, la mitigación o adaptación al cambio climático parece ser un incentivo secundario para que los ganaderos implementen la GRR (Gosnell, Charnley y Stanley 2020). La investigación de GRR requiere un enfoque socioecológico que también aborde las preocupaciones de los agricultores (Gosnell, Charnley y Stanley 2020; Sherren et al. 2022). Para avanzar en el conocimiento de los sistemas de pastoreo, también es necesario ampliar los datos actualmente disponibles a una escala más amplia, mediante la recopilación de información experimental sobre el manejo en todos los niveles (Manzano et al. 2021; Teague et al. 2016). Respondiendo a tales necesidades, caracterizamos las principales características de la GRR en España a partir de 2021 a través de una serie de encuestas a agricultores. Recopilamos diversa información agrícola y pensamientos personales. Analizamos la relación de los aspectos económicos con las características de la finca y las decisiones de manejo. Nuestros principales objetivos fueron identificar parámetros clave para el nivel de éxito y profundizar en el punto de vista de los profesionales actuales.
Figura 1. Ejemplos de explotaciones de MRR españolas. A) RRM con ganado vacuno en Girona. B) Pastoreo de pollos en silvopastoralismo adaptativo
Participantes Se encuestó a 47 profesionales españoles, que representan el 50% de las provincias españolas (25 de 50; Figura complementaria S2.1). Se contactó con los participantes a través de la lista de correo de la Asociación Ibérica de Agricultura Regenerativa ("Asociación de Agricultura Regenerativa Ibérica"). En esta lista había agricultores que no estaban afiliados a la asociación. Se invitó a otros profesionales externos de MRR a participar en la encuesta a través del contacto directo de agricultor a agricultor. Las encuestas se realizaron por teléfono entre el 21 de febrero y el 7 de abril de 2021, con una duración de entre 40 y 90 minutos. Posteriormente excluimos del análisis a aquellos ganaderos que ganaban menos de 5.000€ al año, ya que se consideraba que no obtenían una parte significativa de sus ingresos del ganado MRR, así como a aquellos que habían tenido MRR durante menos de 2 años, debido a la distorsión que podrían provocar las explotaciones inmaduras. La muestra final analizada fue, por tanto, de 33 explotaciones. La encuesta se realizó como una conversación para lograr homogeneidad y comparabilidad de las respuestas. Sin embargo, no fue posible evitar muchos casos de preguntas sin respuesta. Este fue especialmente el caso de datos muy variables, como el tiempo de descanso de la parcela o el consumo de electricidad y agua, incluso dentro de la explotación.
Conclusión Aquí concluimos que la expansión de la GRR es un camino lógico para lograr la sostenibilidad del sistema de producción animal. RRM no establece reglas específicas pero proporciona pautas para comprender el funcionamiento de la dinámica de los pastizales y delega las decisiones de manejo a los agricultores, con base en su experiencia y percepción de la situación. La adaptación permite altos niveles de diversidad, por ejemplo en términos de especies, razas o tamaño de las explotaciones, sin socavar la sostenibilidad económica. Nuestro análisis refuerza la idea de que, entre las estrategias de GRR, no existen prácticas universalmente positivas o negativas, y que el desempeño económico de las fincas depende en gran medida de la capacidad de los agricultores para adaptarse a sus propias circunstancias y su experiencia. En cualquier caso, muestra que los insumos, especialmente los piensos, están vinculados a mayores tasas de productividad debido a la intensificación. Pero otras estrategias, como la ampliación de las zonas de pastoreo, son herramientas para aumentar la producción sin aumentar la dependencia de los insumos, lo que puede resultar riesgoso en el contexto de la inestabilidad climática. A pesar de la satisfacción uniforme entre los agricultores, la proliferación de la GRR no es posible sin recuperar el valor de la figura del agricultor como parte de la ecología de los pastizales, como un agente con sus propias necesidades y demandas. Para ello, las instituciones y la comunidad científica deben intensificar el diálogo con los agricultores para promover su bienestar, así como promover redes para facilitar las relaciones y difundir el conocimiento necesario para reclutar nuevos profesionales.
Tratamiento de datos Filtramos, transformamos y agrupamos la información, para reducir el número de variables sin perder su valor. Por ejemplo, las preguntas cualitativas abiertas se transformaron en clases limitadas. Para calcular los gastos, se asignó un valor de conversión económica a cada insumo, descrito en la Tabla complementaria S2.1. 8 explotaciones declararon tener gastos de electricidad insignificantes y 1 declaró insumos de combustibles insignificantes. Como hay que distinguir un consumo insignificante de un gasto nulo, asignamos un valor de 50€/año a cada uno de estos insumos. Para el caso de otras 4 explotaciones energéticamente autosuficientes asignamos un valor de 25€/año. La instalación de fuentes de energía renovables se considera una inversión y no se incluye en el análisis, pero algunos agricultores declararon mayores gastos relacionados con la energía por problemas en las infraestructuras, como deterioro de cables o robos. La alimentación se dividió en forrajes y piensos compuestos, según criterio del Ministerio de Agricultura de España (MAPA 2021). Se supuso que el pienso compuesto se consideraba una mezcla igual de harina de maíz y soja. Con respecto a los análisis estadísticos, las pruebas y los tamaños de muestra, así como información adicional sobre las variables recopiladas, están disponibles en la Tabla complementaria S2.2. Elegimos las ganancias netas anuales como variable dependiente, excluyendo subsidios o gastos de inversión, para comparar las granjas en las mismas condiciones. Los subsidios conforman alrededor del 30,1$ 23,8% (media ‡ desviación estándar-DE) de los ingresos anuales. Con tal variación, las subvenciones pueden distorsionar los beneficios reales, ya que dependen de factores elegidos por el sistema de administración pública aplicando criterios en constante cambio (edad del gestor, certificación ecológica, otras actividades además del pastoreo...). Los beneficios se midieron en euros/año (el año de muestreo fue 2020), y 26 explotaciones proporcionaron esta información. En este análisis solo se incluyeron granjas de rumiantes, debido a su uso comparable del forraje y otros recursos como los insumos. Por motivos de protección de datos, hemos omitido todos los datos absolutos sobre los beneficios económicos de las granjas. Sólo se muestran comparaciones entre explotaciones. Las variables cuantitativas se compararon con los beneficios económicos utilizando las correlaciones de Pearson. En cuanto a las características cualitativas, las diferencias para las variables binomiales se probaron con la prueba t de Student para comparación de medias, mientras que las variables con más de dos clases se analizaron mediante un ANOVA de una vía. Una vez verificados los supuestos paramétricos necesarios, se realizaron pruebas estadísticas en R (versión 4.0.3). Tres preguntas abiertas se relacionaron con la experiencia subjetiva de los agricultores a lo largo de este manejo: cambios apreciables desde la implementación del MRR; dificultades en la gestión y satisfacción hasta el momento con RRM. Las respuestas se transformaron en clases. Para saber si la experiencia impacta en la experiencia de los agricultores, también realizamos una prueba comparativa del tiempo medio desde la implementación del MRR de aquellos que declararon los cambios y dificultades y los que no. Hay que reconocer que las explotaciones encuestadas pertenecientes a la lista de correo de la Asociación Ibérica de Agricultura Regenerativa pueden tener un sesgo no cuantificable respecto a la percepción de este tipo de gestión, aunque no necesariamente existía relación entre los agricultores y la asociación. A la luz de los resultados, agregamos algunos análisis más para explicar las características y relaciones observadas. En primer lugar, realizamos una matriz de correlación entre algunos parámetros que consideramos estratégicos: abundancia total de ganado, área de pastizales, densidad total de ganado, ganancias, rentabilidad e intensidad de los gastos de alimentación. Luego comparamos la abundancia total de ganado y las áreas de pastizales muestreadas con las de la literatura sobre el manejo convencional de pastizales en España (Batalla 2015; Díaz-Gaona et al. 2019; Escribano et al. 2016; Lavín et al. 2016; Pardos et al. 2008 ; Serrano Martínez et al. 2004; Toro-Mujica et al. 2011). Esto se hizo para identificar características de la GRR que podrían ser características y, por lo tanto, explicativas del comportamiento de los agricultores.
Caracterización de fincas RRM
Las explotaciones agrícolas encuestadas eran muy diversas a pesar de su convergencia en un pastoreo rápido y adaptativo seguido de largos períodos de recuperación, en consonancia con la definición de RRM. Esta diversidad fue notablemente alta en variables como el tamaño de las fincas, con una media y una desviación estándar (DE) de 107,7 ± 127,7 ha de área de pastizales, o 176,1 ± 221,4 ha cuando se considera el área total de las fincas (incluidos otros usos de la tierra como cultivos). Asimismo, el tiempo transcurrido desde la adopción del MRR fue muy variable (6,5 ± 5,8 años). El tipo de pasto también fue diverso, con predominio de la pradera (presente en el 52% de las explotaciones), el bosque ralo (30%) y las dehesas (15%).
tabla 1muestra algunas características de las especies animales en las granjas. Los bovinos y ovinos fueron los más comunes, con una importante presencia de razas locales en el caso del ovino y menor en el del vacuno. El tamaño del rebaño, medido como el número de hembras adultas, también fue muy variable: una DE más alta que la media para el caso de vacas y ovejas sugiere complejidad dentro de las explotaciones RRM españolas
De manera similar, para el resto de las variables recopiladas (Tabla complementaria S2.3), la DE fue a menudo mayor que la media, es decir, para la densidad de pastoreo diario, el tiempo de pastoreo y recuperación, o el tamaño del potrero y del rebaño. Además, una minoría de grandes explotaciones aumentó desproporcionadamente los valores medios en comparación con los valores medios.
También existen diferencias entre las variables binomiales. Por ejemplo, el 60,6% de los encuestados producía su propio pienso, frente al 39,4% que no lo hacía. Hasta el 53,1% de los participantes realizó algún tipo de resiembra, especialmente de pastos y legumbres. Lo más común es que se combinaran ambas familias de plantas. Más de la mitad de las explotaciones que realizan resiembra parece un valor alto para el contexto de los agricultores españoles donde esta práctica es menos común (Javier García Lacal, comunicación personal).
Impacto de diferentes parámetros y gestión en la economía.
Excepto por los insumos, el beneficio económico neto de las fincas no mostró relación significativa con las diferentes variables de las fincas (Tabla 2), es decir, densidad de población, tiempo de pastoreo, tiempo de recuperación del pasto, tamaño del potrero, número y tamaño del rebaño o número anual de turnos de pastoreo por potrero. Tampoco los hubo al analizar decisiones distintas a la gestión del pastoreo: la propia producción de forraje, la diversidad de especies de pastos, el uso de razas locales o la diversidad de fuentes de ingresos, que no influyen en los beneficios de las explotaciones. Sorprendentemente, la densidad animal estaba más relacionada con los beneficios económicos que la abundancia total de ganado, lo que no era un parámetro importante para predecir el desempeño económico. Pero la rentabilidad agrícola, medida en términos de € LSU −1 año −1 y € ha −1 año −1 , estaba correlacionada con algunas variables. Entre las opciones de manejo de animales y granjas, sólo la productividad del forraje estuvo moderadamente correlacionada con la rentabilidad por área, lo que podría estar relacionado con el impulso económico por el uso agronómico de la tierra. El tiempo transcurrido desde la adopción de RRM parece ser una de las variables más importantes correlacionadas con la rentabilidad en general. La productividad parece mejorar con la maduración de las explotaciones, incluso si todas las explotaciones analizadas ya habían estado en RRM durante más de dos años. Una mayor densidad ganadera (explotaciones más intensivas) se correlacionó con la rentabilidad por área, pero no con la rentabilidad por biomasa ganadera. Esto significa que la densidad animal aumenta la rentabilidad debido al aumento de las existencias de animales, pero no a un aumento de la productividad. El uso anterior de la tierra también parece relevante, con una mayor rentabilidad por unidad de biomasa ganadera en el caso del uso anterior de la tierra para pastoreo, mientras que el uso agropastoril tiene una menor rentabilidad. Esto podría atribuirse a la pérdida previa de nutrientes debido al arado, pero el tamaño de la muestra para los diferentes usos de la tierra no fue lo suficientemente grande como para demostrarlo.
Algunos tipos de insumos podrían ser un factor clave para predecir tanto los beneficios como la rentabilidad. En general, las explotaciones con mayores índices de consumo de electricidad y piensos presentaron mayores beneficios. Esto es importante, considerando que el alimento es el insumo más relevante en términos de gastos, incluso si la variabilidad entre las granjas es bastante grande (Figura complementaria S2.2). Sin embargo, estas correlaciones se basan en los gastos anuales de insumos. Al aplicar un ajuste a ambas variables en función de la densidad animal y el área (Tabla 3), la correlación con la electricidad disminuyó hasta ser insignificante, mientras que para el consumo de agua apareció una fuerte correlación. La econometría sobre el agua puede no ser sólida porque no se incluyeron fuentes de agua no monetizadas, como pozos, lagos o recolección de agua de lluvia. Asimismo, el consumo eléctrico no está representado en el 24% de las explotaciones con autoconsumo propio. El consumo de combustible no mostró correlación ni con los beneficios ni con la rentabilidad. Por lo tanto, el alimento fue el insumo más importante como predictor de rentabilidad. Parece que la productividad está influenciada por parámetros como la intensificación y la cantidad de alimento consumido (la producción de forraje también fue un indicador de rentabilidad por área). Por tanto, las explotaciones más productivas generan más ingresos por unidad de producción. Esta relación fue más débil (pero aún significativa) entre la intensidad del gasto en alimentación y los beneficios netos. En general, parece que, excepto los piensos, los insumos no están claramente relacionados con el beneficio económico de las explotaciones.
Realizamos análisis de correlación para comprobar la interacción del alimento con otras características principales que podrían ser relevantes, como la densidad animal o el área pastoreada (Figura 2). Esto también muestra otras relaciones que podrían ser relevantes para comprender las tipologías de explotaciones agrícolas. La intensidad del gasto en alimento estuvo fuertemente correlacionada con la densidad animal (R 2 = 0,584, p = 0,009) y ambas características se correlacionaron negativamente con el área de pastizales (R 2 = −0,481, p = 0,037 y R 2 = −0,515, p = 0,005, respectivamente ). Esto muestra diferencias significativas en los niveles de intensificación entre las explotaciones de MRR, con un gradiente de alguna manera uniforme entre las explotaciones intensivas y extensivas. Mientras tanto, la correlación entre estos gastos y la abundancia total de ganado (LSU) no fue significativa (R 2 = −0,2808, valor p = 0,244), y hubo una fuerte correlación negativa entre el área de pastizales y los gastos en alimento por carga animal (R 2 = −0,4813, p = 0,0369). Esto sugiere que las explotaciones con menores opciones de pastoreo tienden a subcontratar el suministro de piensos.
Figura 2. Correlaciones entre diferentes parámetros: abundancia total de ganado (LSU), área de pastizales (ha), densidad total de ganado (LSU/ha), ganancias (€*año −1 ), rentabilidad (€·LSU −1 ·ha −1 ·año −1 ), y la intensidad del gasto en alimentación (€*LSU −1 *ha −1 *año −1 ). El índice de correlación de Pearson se expresa como color y tamaño de la forma, la falta de significancia en un nivel <0,05 se expresa con una cruz.
También comparamos explotaciones de RRM con explotaciones convencionales basadas en pastoreo para bovinos y pequeños rumiantes (ovejas y cabras) en España (BatallaCitación2015 ; Díaz-Gaona et al.Citación2019 ; Escribano et al.Citación2016 ; Lavín et al.Citación2016 ; Pardos et al.Citación2008 ; Serrano Martínez et al.Citación2004 ; Toro-Mujica et al.Citación2011 ). Encontramos que RRM ocupa parcelas de tierra significativamente más pequeñas (W = 254; p = 0,014;figura 3), en contraste con la abundancia total de ganado, que no difirió (W = 212; p = 0,247). Esto muestra una mayor densidad animal que las explotaciones convencionales basadas en pastoreo en España, aunque la diversidad es grande.
Figura 3. Abundancia total de ganado y área de pastizales de las granjas RRM encuestadas y de las granjas basadas en pastoreo convencional de la literatura, con una prueba de medias de Wilcoxon
Percepciones sobre la GRR
Una gran mayoría de agricultores (88%) informaron cambios positivos en sus fincas desde la implementación del MRR. Casi dos tercios de las explotaciones (62%) declararon más de una mejora. El cambio positivo más reportado fue la percepción de una mejora en la producción primaria, lo cual fue mencionado por más de la mitad (51,5%) de los agricultores. Aquí destaca el énfasis de muchos ganaderos en haber alcanzado una cobertura permanente en zonas donde antes no existía, mientras que muchos otros destacaron una mejora de su pasto en comparación con los pastizales cercanos. También se destacó la mejora de la composición vegetal y de la biodiversidad (45,5%), con la aparición de nuevas especies, una mayor presencia de leguminosas y una mayor actividad de la fauna (especialmente invertebrados). Los cambios percibidos en la calidad del suelo divergieron, pero siempre fueron positivos (36,4%): incluyeron un aumento en las reservas de carbono del suelo y una menor erosión y escorrentía de agua. Además, uno de cada seis ganaderos (18,2%) mencionó una condición aparentemente mejor de los animales, ya que mostraron menos selectividad en el pastoreo, o menores niveles de estrés. El 9,1% de los agricultores mencionaron menos necesidades de insumos. Finalmente, dos agricultores declararon menos impactos de plagas que de otro modo afectarían a su región, y otro mencionó la reducción de una especie invasora. Sin embargo, el 12% no había observado mayores cambios y uno (3%) reportó menor producción de la planta desde la implementación de la gestión.
Los agricultores tendieron a resaltar más los aspectos positivos que las dificultades experimentadas, ya que casi el 18% no informó ninguna dificultad notable, en comparación con el 12% que no informó cambios positivos. Entre las dificultades destacan las cuestiones administrativas y la burocracia (36,4%). Precisamente uno de los grandes problemas percibidos es la actual falta de apoyo de las administraciones, ya que el marco político no considera la existencia de RRM. Para ser elegible para algunos subsidios se requieren, por ejemplo, ciertas inversiones, como maquinaria, que son difícilmente compatibles con la visión del RRM de minimizar los insumos. Además, las barreras económicas se sitúan entre las principales dificultades percibidas (18,2%), lo que muestra problemas para lograr la estabilidad financiera y una gran presión para mantener el flujo de caja. En cuanto al manejo, la organización de potreros y cercados fueron comúnmente mencionadas como dificultades (24,2%), seguidas del manejo del agua y la dificultad para transportarla a cada parcela (15,2%). Los problemas relacionados con agentes biológicos, como fauna silvestre y plagas, también fueron importantes para los ganaderos (18,2%). Presión hacia el desaliento inducida por su entorno social mencionada por 4 de los agricultores (12,1%).
Dado que el tiempo transcurrido desde la adopción del MRR fue una variable importante para la rentabilidad agrícola, también puede ser un factor que impulse las percepciones. Así, se comparó esta variable con la afirmación y la ausencia de cambios positivos y dificultades mediante las pruebas U Mann-Whitney (Figura 4). En general, no hubo diferencias significativas en el tiempo transcurrido entre quienes declararon cambios positivos y quienes no. Esto podría esperarse de una muestra pequeña, pero hubo algunas tendencias que pueden arrojar cierta claridad. En la mayoría de los casos, la edad mediana de la explotación agrícola fue mayor entre quienes declararon cambios positivos, en comparación con quienes no declararon (4 de 5 clases). La única excepción fue el bienestar del ganado, lo que parece lógico ya que el tiempo para obtener resultados en el comportamiento del ganado puede ser más corto que los cambios en la sostenibilidad o la econometría. De manera similar, en general no se encontró significancia al comparar las afirmaciones sobre las dificultades percibidas. La única dificultad estadísticamente significativa se refiere al diseño de los potreros, manifestada únicamente por fincas jóvenes. También fue interesante observar que los agricultores más jóvenes estaban particularmente preocupados por la economía agrícola.
Figura 4. Cambios positivos (A) y dificultades B) manifestados por los agricultores. Se muestra el tiempo transcurrido desde la adopción del MRR, comparando a los agricultores que lo hicieron y los que no declararon el cambio positivo o la dificultad. El color representa si el agricultor ha manifestado o no la percepción que se muestra en el eje x. Los temas están ordenados por la frecuencia de las respuestas.
Finalmente, los participantes dieron sus puntos de vista sobre su experiencia con RRM. La tendencia hacia una evaluación positiva fue notable. Con 30 encuestados, el 93,3% de los agricultores tenían opiniones positivas o muy positivas, mencionando percepciones personales, lo que complica una simple agrupación de las respuestas. Casi dos tercios (60%) apelaron a los sentimientos, reportando optimismo, contribución social y progreso. El 26% aludió al aprendizaje –principalmente como un requisito positivo para la GRR–, destacando una mayor comprensión de la dinámica ecológica. También subrayaron la dificultad de alcanzar la estabilidad final, sugiriendo que dicha gestión requiere una comprensión profunda de todos los componentes y sus interacciones, algo que no se puede lograr sin un aprendizaje exhaustivo. No comprobamos si una relación con la Asociación sesgaba la satisfacción con la dirección.
Un modelo, infinitas versiones
Una de las principales reflexiones derivadas de nuestro estudio es que la diversidad de explotaciones de MRR en diferentes entornos es grande. A la luz de los resultados, el éxito económico depende de la capacidad de cada agricultor para interpretar y responder a sus oportunidades bioclimáticas y económicas particulares (Briske et al.Citación2008 ; PinheiroCitación2004 ; Teague et al.Citación2013 ). Se refuerza la importancia de la adaptación, ya que la sostenibilidad (en todos los niveles) de las explotaciones no depende de una simple gestión prescrita. Por ejemplo, el RRM parece permitir el uso de múltiples especies ganaderas, lo que es positivo para la multifuncionalidad del sistema (Schils et al.Citación2022 ) y, en nuestro análisis, no mostró relación con la rentabilidad. El uso de razas locales tampoco disminuyó la productividad, en comparación con razas que supuestamente son más productivas. Esto es interesante ya que las razas locales, que proporcionan adaptabilidad, diversidad genética y optimización de recursos, a menudo necesitan minimizar los insumos para ser económicamente sostenibles, especialmente en zonas desfavorecidas (Belibasaki, Sossidou y Gavojdian).Citación2012 ; Felius, Theunissen y LenstraCitación2015 ; Ligda y CasabiancaCitación2013 ; Ripoll-Bosch, Joy y BernuésCitación2014 ). En general, el hecho de que los agricultores de RRM sigan bases biofísicas similares no impide la diversidad en España. Esto es positivo ya que se fomenta la diversidad en las estrategias agrícolas a nivel regional debido a una mayor resiliencia (Dumont et al.Citación2013 ; Petersen-Rockney et al.Citación2021 ).
Por lo tanto, parece que la RRM permite la diversidad agrícola en condiciones de relativa igualdad de oportunidades. Las diferencias en oportunidades pueden surgir de características inherentes a la propia tierra (como las precipitaciones, la fertilidad del suelo o la evapotranspiración), o de aspectos sociales como el acceso a la tierra (Reglamento (UE) 2021/2115; (Spratt et al.Citación2021 ). Estas condiciones influyen en los beneficios económicos y también en el nivel de los insumos, especialmente los directamente relacionados con la nutrición animal: agua y pienso. Por ejemplo, parámetros ambientales no considerados en este estudio, como la precipitación y la temperatura, son esenciales para explicar el crecimiento de las plantas, hasta el punto de que el mayor factor limitante en las dehesas semiáridas de la mayor parte de España suele ser la precipitación (Abdalla et al.Citación2018 ; Bailey y marrónCitación2011 ; Briske et al.Citación2008 ; Trabucco y ZomerCitación2018 ). La adaptabilidad otorgada por el MRR mitiga significativamente los efectos de la sequía en este tipo de pastizales (Díaz-Solís et al.Citación2009 ). Dicho esto, y en base a la retroalimentación de los agricultores recogida en este estudio, la comprensión de los mecanismos que determinan el funcionamiento del pasto puede ser una herramienta muy útil a nivel de finca para optimizar la producción, tanto en sistemas pastoriles en general, como en GRR. En particular.
Profundizar en la caracterización de la GRR y los sistemas ganaderos es una herramienta para superar las diferencias en oportunidades competitivas que pueden perjudicar el desarrollo de sistemas productivos sostenibles. Muestra paralelismos con la necesidad de preservar los sistemas tradicionales de cría de animales como la trashumancia. Con una base similar a la RRM en términos de adaptabilidad y uso eficiente de los recursos locales, la gestión móvil tradicional implica resultados sociales y ambientales positivos bien estudiados (Bengtsson et al.Citación2019 ; MAGRAMACitación2013 ; Manzano et al.Citación2021 ; Manzano-Baena y Salguero-HerreraCitación2018 ; Pardo et al.Citación2023 ; Sayre et al.Citación2013 ). Tanto la adaptabilidad como el uso de los recursos locales casi se pierden en el contexto de la industrialización, y la gestión tradicional ahora enfrenta las opciones de recuperarse o colapsar (Manzano et al.Citación2021 ). Esto es normal, dadas las dificultades para competir en términos económicos con una gestión más intensificada, aunque la optimización de los recursos sea mayor (Manzano-Baena y CasasCitación2010 ; Pardo et al.Citación2023 ). Como la GRR trae muchos impactos positivos en términos socioecológicos, si su desempeño económico es al menos similar al manejo convencional, esto es suficiente para proclamar que su expansión es deseable.
El riesgo de dependencia
La alimentación se correlacionó positivamente con la rentabilidad y la densidad animal, mostrando diferentes niveles de dependencia de los insumos y la intensificación. La dependencia de los insumos está muy relacionada con la orientación productiva de las explotaciones, con gradientes entre las explotaciones orientadas a la productividad y las orientadas a la sostenibilidad. Esto es común en el contexto de los sistemas pastoriles españoles (Escribano et al.Citación2016 ). Se esperaba cierta relación entre el pienso y la rentabilidad, ya que el pienso es el insumo más relevante en términos económicos en las explotaciones españolas (Figura complementaria S2.2; DazaCitación2011 ; EscribanoCitación2014 ; Mena et al.Citación2017 ; Toro-Mujica et al.Citación2011 ). Aunque la intensidad en los gastos de alimentación puede ser beneficiosa en general para la economía de las granjas, la intensificación de los insumos puede no ser una estrategia óptima para la sostenibilidad económica. De hecho, entre nuestras granjas, la densidad animal no estaba relacionada con las ganancias de las granjas ni con la rentabilidad. El gasto en insumos como agua o piensos no sólo está determinado por el consumo, sino también por su precio, que muchas veces está condicionado por las oportunidades de suministro (OCUCitación2020 ). Por lo tanto, la intensificación puede dar resultados cuando el forraje es abundante, pero puede ser riesgosa en períodos de escasez (Irisarri et al.Citación2019 ). Por lo tanto, la dependencia de los insumos puede ser riesgosa para la estabilidad financiera, especialmente en crisis o shocks, cada vez más como consecuencia del cambio climático (Dumont et al.Citación2013 ; Irisarri et al.Citación2019 ). Por ejemplo, los precios de los piensos se dispararon desde el año de estudio (abril de 2021) hasta abril de 2022 en España. En un año, el precio de los piensos complementarios para bovinos y ovinos aumentó un 33,3% y un 36,8% para los caprinos. Se observan cifras similares para otros tipos de piensos (MAPACitación2022 ). En este contexto, la correlación estudiada entre el uso de piensos y la rentabilidad probablemente fue menos significativa en 2022. Reducir la dependencia no implica eliminar toda la alimentación externa, sino utilizarla como complemento en lugar de como base alimentaria (Dumont et al.Citación2013 ). En los sistemas de pastoreo convencionales, los insumos generalmente se utilizan en exceso, especialmente mano de obra y alimento (Gaspar et al.Citación2009 ). Aquí, la ventaja mencionada en términos de menor dependencia de insumos, inherente a la GRR (Ferguson et al.Citación2013 ; Machmüller et al.Citación2015 ; Spratt y col.Citación2021 ), muestra beneficios potenciales en un escenario de inestabilidad económica y ambiental (Irisarri et al.Citación2019 ; FEMCitación2022 ).
Sugerimos dos formas complementarias de reducir la dependencia de los insumos sin comprometer la sostenibilidad económica. La primera es reducir los insumos de manera que la productividad no se vea muy afectada, es decir, mediante la optimización (Gaspar et al.Citación2009 ; McLellan et al.Citación2018 ; Mena et al.Citación2017 ). El pienso puede ser esencial para la sostenibilidad económica de las explotaciones, especialmente en zonas de baja productividad (Ripoll-Bosch, Joy y BernuésCitación2014 ), pero es demasiado común su uso excesivo en los sistemas de pastoreo españoles (Gaspar et al.Citación2009 ). La segunda forma de reducir la dependencia es compensar económicamente la pérdida de productividad por otros medios, por ejemplo, utilizando una mayor superficie de pastizales (Gaspar et al.Citación2009 ). En este estudio, las correlaciones entre el uso de alimento y la rentabilidad fueron más débiles cuando se incluyeron las dimensiones de escala (especialmente el área manejada). Esto sugiere que se puede lograr una mejor sostenibilidad económica aumentando la proporción de consumo de forrajes naturales o de producción propia. Es necesario aumentar la superficie de pastizales para permitir el acceso a la tierra (Sayre et al.Citación2013 ), lo cual no es fácil para los nuevos agricultores o para los jóvenes y nuevos agricultores (Reglamento (UE) 2021/2115), mencionado explícitamente por 2 de nuestros agricultores encuestados. De hecho, observamos una gran proporción de agricultores “neorrurales” (gente urbana que se ha asentado en el campo), y comparamos la gestión de recursos naturales y la gestión convencional de pastizales en España (figura 3), parece que los agricultores de RRM gestionan explotaciones proporcionalmente más pequeñas. Por lo tanto, mejorar el acceso a la tierra puede ser útil para promover la GRR (Spratt et al.Citación2021 ). Entonces parecen necesarios voluntad política e incentivos económicos, no sólo para la GRR, sino para los sistemas de producción de bajos insumos en general (Manzano et al.Citación2021 ; Sayre et al.Citación2013 ; Steinfeld et al.Citación2009 ).
'Disculpe, tenemos que hablar'
El análisis de pensamientos personales proporcionado por nuestro estudio respalda la oportunidad de expandir RRM. La satisfacción entre los agricultores es evidente, y sus respuestas dan argumentos para su promoción y mejora. La expansión de la GRR parece, por tanto, prometedora en un país como España, donde el compromiso medioambiental y el bienestar rural son una prioridad política (MAPACitación2018 ). La preservación de los sistemas ganaderos adecuados implica gastar menos recursos directamente en cuestiones ambientales o mitigación del cambio climático (Casas-Nogales y ManzanoCitación2007 ; Fan et al.Citación2019 ), dejando más recursos económicos disponibles para el bienestar de los agricultores y la promoción de la GRR.
La propagación del RRM no es una tarea fácil. La perspectiva de los agricultores es una parte crucial de esta planificación, a pesar de no ser frecuentemente considerada (Manzano et al.Citación2021 ; Meuwissen et al.Citación2019 ; Roncoli et al.Citación2007 ). Las motivaciones para que los agricultores cambien su gestión parecen ser más personales que externas, y no tienen por qué coincidir con preocupaciones científicas y técnicas (Garrido et al.Citación2017 ; Haigh et al.Citación2019 ; Kennedy y BrunsonCitación2007 ). En este estudio, las dificultades más relevantes para los profesionales de la GRR no fueron las técnicas (excluyendo el diseño de parcelas o el transporte acuático), sino las relacionadas con el contexto administrativo y financiero. Por tanto, es de esperar que la mejora de las condiciones extrínsecas aumente la contratación de nuevos profesionales. Para lograrlo, parece urgente facilitar las relaciones entre los agricultores y las instituciones. Mejorar las comunidades, la colaboración y las redes puede resultar muy útil como parte de este proceso de motivación (Gosnell, Charnley y StanleyCitación2020 ; Hodbod et al.Citación2016 ; Kennedy y BrunsonCitación2007 ; Sayre et al.Citación2013 ).
Hay estrategias para mejorar el diálogo. Un enfoque participativo puede mejorar las relaciones entre los agricultores y los agentes circundantes (Gadzirayi, Mutandwa y MupangwaCitación2007 ). Una estrategia interesante es la integración de la figura del agricultor en la comprensión de los sistemas pastoriles. En realidad, existe un gran potencial para obtener información a través del contacto entre los agricultores y las autoridades, ya que los propios agricultores son una herramienta de vigilancia ampliamente subestimada, pero perfectamente compatible con el seguimiento científico (Woods y RuyleCitación2015 ). Por este motivo, será útil mejorar el diálogo con los agricultores, dando mayor voz a sus necesidades y demandas. ¿Es importante que los agricultores tomen sus propias decisiones para responder a su situación, de modo de garantizar la sostenibilidad (Dumont et al.Citación2013 ), pero con una base educativa consciente que permita el autocontrol y análisis (Hodbod et al.Citación2016 ). El enfoque propuesto brinda la oportunidad de mejorar la cooperación entre la comunidad científica, las instituciones y los agricultores como la mejor manera de abordar una visión holística de la situación e identificar posibilidades de acción. De la misma manera, es necesario que, a través de alianzas entre estas tres partes, se forme, capture y difunda conocimiento para seguir mejorando la eficiencia de la producción ganadera, de modo que tanto productores como consumidores puedan tomar decisiones que contribuyan a la sostenibilidad (Gill, Smith y WilkinsonCitación2010 ; Roche et al.Citación2015 ).
También existen oportunidades para la expansión de la GRR debido al cambio climático, que obliga a los agricultores a buscar estrategias de adaptación. Aumenta la variabilidad climática y la probabilidad de eventos extremos como sequías o inundaciones (IPCCCitación2014 ), lo que puede poner a los agricultores contra la pared (Briske et al.Citación2021 ). Por lo tanto, los agricultores deberían acercarse al manejo adaptativo del tipo de MRR, ya que promueve la resiliencia (Gómez-Casanovas et al.Citación2021 ; Gosnell, Charnley y StanleyCitación2020 ; Hodbod et al.Citación2016 ; Machmüller et al.Citación2015 ; Roe, Huntsinger y LabnowCitación1998 ; Weber y GokhaleCitación2011 ). Los eventos y períodos climáticamente severos en realidad favorecen el cambio a una gestión adaptativa para afrontar mejor futuros eventos similares (CoppockCitación2011 ; Haigh et al.Citación2021 ,Citación2019 ; McClaran et al.Citación2015 Saliman y Petersen-RockneyCitación2022 ). Puede que el cambio climático no sea un factor consciente para tomar tales decisiones, pero sus consecuencias hacen que los agricultores busquen nuevas estrategias para mejorar la adaptación (Davidson et al.Citación2019 ; Petersen-RockneyCitación2022 ). Considerando esto, el diálogo con otros actores se vuelve relevante para encontrar caminos para promover las mejores prácticas de gestión (Petersen-Rockney et al.Citación2021 ). En resumen, en un contexto en el que es esencial promover prácticas ganaderas más sostenibles, mejorar la cooperación entre los actores involucrados es tan fundamental como la propia creación de conocimiento científico (Manzano et al.Citación2021 ).